18 de septiembre de 2011

Libertad


Tengo que escribir algo, tengo inspiración, tengo ideas, pero no tengo la libertad necesaria para hacer lo que realmente me gusta.
La primer historia que escribí la hice con total expresión y libertad, me había quedado horrible , la tuve que mejorar después. Pero fue buena y me divertía en el tiempo que la escribía.
Mientras la remodelaba pensaba -¡¿Cómo pude haber escrito eso?! –En todos los sentidos, estaba tan mal escrito, pero tan ingenioso a la vez.
Esas cosas ya no me ocurren.
Creo que fue porque me metieron la idea en la cabeza de tener que hacer un libro.
Mientras escribo, pienso en los libros que leí << ¿Cómo lo empiezo? Voy a ver como comenzó la historia Ghostgirl. ¿Cómo escribió Tonya Hurley el principio >> Y me guio con eso, porque siento que como ella empezó de tal forma e hizo un libro exitosamente exitoso, entonces yo tengo que comenzar el mío de esa forma, para que al lector le parezca bien.
Cuando en mi familia se enteraron que escribía, me dijeron que tenía que mostrárselos, que tenía la oportunidad de mandarlo a una editorial, si les parecía bueno lo imprimían y lo mandaban a cualquier librería <<Le diseñas la tapa y lo mandamos>> Me decía mi mamá <<Pero tienes que mostrármelo, quiero saber que escribes >>
Me habían dejado expectativas que nunca había tenido, me sacaron la diversión que para mi suponía escribir.
Ahora, siento que escribo para complacerlos a ellos (aunque jamás les mostré nada de lo que escribía, ni lo haré) Pero mientras escribo algo digo: -No, esto quedará mejor así, porque si lo lee alguien van a pensar… tal cosa.
Mi única manera de decir lo que pensaba, de expresarme sin límites y sin miedo a lo que piensen… era escribiendo, escribiendo lo que me parecía mejor que quedaba, pero lo que era mejor para MI, no para los demás.
Y el hecho de pensar que alguien más podría leer lo que escribía… me dio terror, y me obsesionó con escribirlo todo bien, en pensar en el lector.
Sí, quiero entretener a la gente que me lee, quiero gustarles.
Pero quiero hacerlo realmente como soy yo, con mis historias, con mi forma de escribir.
No con lo que les gusta a los demás, porque estaría expresándome como lo hago en mi vida cotidiana. Escondiendo lo que siento, callándome la mitad de lo que quería decir por miedo a lo que los demás puedan pensar.
No siento esa libertad que sentía antes, ahora si… bueno, esto es algo bueno, solo pienso en lo que siento.
Pero quiero continuar una historia sobre una chica fantasma que está en la escuela y no puedo dejar de pensar en lo que hicieron los otros escritores –Genios –De los libros que ya leí, porque quiero ser como ellos pero a la vez no quiero dejar de ser yo misma, porque la escritura es expresión y yo necesito expresarme.
¿Por qué ahora puedo expresarme bien?
Dejo salir todo lo que aparece en mi mente, mi cerebro le manda ordenes a mis dedos, haciéndolas apretar cada tecla, sin pensar en nada mas, no tengo poder sobre mi misma, una parte de mi mente está escribiendo todo esto.
¿Por qué? Porque no tengo una historia que seguir.
Esto es lo que pasa, esto es lo que me pasa a mí, en mis pensamientos y sentimientos, es esto.
En cambio, si escribo una historia inventada, que no existe, que está en mi mente pero por la mitad, borrosa, no puedo concentrarme por completo en esa historia, porque no está terminada. E l resto de mi cerebro desocupado, pensará en la forma de escribir, en lo que más les puede gustar a la gente que lea lo que escribo, porque no tiene en nada más en que pensar, porque la historia que estoy intentando escribir está incompleta, deja espacios.
Pero hasta ahora, tendré ocho historias, seis de ellas sin terminar. En esas seis, hubo  un espacio en blanco en el momento de escribirla ¿Por qué? Porque en las otras tres, aun no tenía conciencia de que alguien podría leerlas, ese fue mi comienzo, en ese momento no sabía nada, solo quería escribir estupideces, dejarme llevar por mi imaginación y ponerlo todo en un documento de mi computadora, tan solo ese era mi propósito.
Pero claro, cuando termine aquella novela de tres temporadas, todos se enteraron de que la hacía y comenzó mi problema. A partir de ese momento, mis intentos de escribir fracasaron, no terminé nada de lo que empecé… por falta de libertad.
Libertad que sí tengo, pero que no me doy cuenta.sdfnsdñ